Mis sistemas propietarios pueden estar en la nube sólo con pagar una IP fija, y tener los conocimientos necesarios para mantener un servidor en la red, con la suficiente confianza de que no me lo tumbarán los hackers ¿no es así? Cloud computing es un paradigma que permite ofrecer servicios de computación a través de Internet. Si externalizo mi gestión o mis sistemas, puede ser una decisión totalmente distinta.
Conectar tus sistemas propietarios a Internet no es estar en el cloud.
El cloud según la definición de NIST (National Institut of Standards and Technologies, 2011 http://csrc.nist.gov/publications/nistpubs/800-145/SP800-145.pdf ), es un “modelo para habilitar el acceso de red, de forma práctica y bajo demanda, a un conjunto de recursos de computación configurables (por ejemplo, redes, servidores, almacenamiento, aplicaciones y servicios), que pueden ser suministrados y desplegados rápidamente con una mínima gestión o interacción con el proveedor de servicio”.
Este modelo de nube promueve la disponibilidad y está compuesto por:
– cinco características esenciales (Auto servicio bajo demanda, Acceso amplio desde la red, Conjunto de recursos, Rápida elasticidad y Servicio medido)
– tres modelos de servicio (Operadores de TI, Desarrolladores y Usuarios Finales)
– y cuatro modelos de despliegue (Privado, Público, Hibrido y Colaborativo)
Sólo y sólo si cumples con la definición anterior puedes considerar que estás trabajando en la nube.
La externalización de la gestión o de los sistemas no tiene porqué ir aparejada con el cloud, puede hacerse a través de Outsourcing o de Housing en plataformas que no tienen la consideración de cloud.